Descripción

Una persona sorda no es aquella que no puede oír. Una persona sorda es, en realidad, la que no quiere oír; la que no se esfuerza en comunicarse, en hacerse entender, la que se encierra en sus propias ideas.

Mil orejas no es un libro para sordos, sino una obra sobre las personas con discapacidad auditiva, sobre su forma de «oír» gracias a las «mil orejas diminutas» que tienen «regadas por todo el cuerpo».

Una pequeña joya literaria en la que conviven tres lenguajes: el escrito, el visual y el de signos. El poema, narrado en primera persona por una mujer que perdió el oído a los siete años, rescata la intensidad sensorial de esa forma única en que las personas sordas perciben el mundo, una memoria íntima de aromas, murmullos y caricias.